miércoles, 31 de mayo de 2017

Carlos Manuel López Ramos: 'Muérase de una vez, Dr. Freud'

Muérase de una vez, Dr. Freud

El doctor Sigmund Freud vive exiliado en Londres los dos últimos años de su existencia (1938-1939). Allí se dedica a negocios oscuros, de gran envergadura, relacionados con la cocaína y el opio;  y para ello cuenta, entre otros apoyos, con la insólita e incomprensible complicidad de la Alemania nazi. El trasfondo de estas actividades lo constituye una gigantesca conspiración internacional en torno a la Corona Británica.  Desde las sombras, y controlando la operación, actúa una enigmática y poderosa sociedad secreta: los Fulminati, escindidos de los célebres Illuminati, pero, dicho sea de paso, conformando una comunidad infinitamente más potente e implacable.
La guerra civil en España, preludio de una nueva contienda mundial, se encuentra en su fase conclusiva, con la ya más que garantizada y rotunda victoria del bando franquista ayudado por las fuerzas del Eje. En medio de una dramática inquietud, Europa se prepara ya para el  desastre que se avecina.  
Otros factores destacados de este formidable embrollo, cuyo centro de gravedad es el fundador del psicoanálisis, son: un ambiguo y renombrado  miembro de la familia real del Reino Unido; una espía desquiciada que tal vez no sepa ni para quién trabaja;  un perverso arqueólogo español cuyas tortuosas actividades en el ámbito político conducen siempre a situaciones equívocas y desconcertantes; los servicios de inteligencia de numerosos países; un Estado Vaticano  movido, como de costumbre,  por siniestros intereses; y, para colmo, muertos que  resucitan y la intervención de ciertas  jerarquías infernales.
Entre las características más relevantes del presente relato sobresalen: una osada ironía llevada hasta el más desvergonzado sarcasmo y una eficaz destreza para el desarrollo de la  intriga, donde lo imprevisible desempeña una función de primera magnitud; además de un estilo sintético, preciso, dinámico y, en no pocas ocasiones, corrosivo.
Esta novela tiene, por otra parte, el aliciente de ofrecer al lector un alto grado de  participación creativa a la hora tanto de captar el contenido como de interpretar el mensaje subyacente al mismo, por lo que su lectura se convierte en una auténtica  construcción y reconstrucción del significado de los hechos.   
Muérase de una vez, doctor Freud es, así, una sátira feroz de toda esa narrativa pseudohistórica  especializada en la explotación de presuntos  misterios religiosos, mágicos y esotéricos, parapsíquicos  y mitológicos, que se ha generado a partir de determinados modelos de éxito con valor exclusivamente comercial. Estamos, pues, ante un ejemplo de  crítica mordaz dirigida contra una  subliteratura de consumo que, manifestándose en apariencia como fórmula orientada hacia la pura distracción, fomenta sin embargo, de manera preconcebida, una mentalidad irracionalista, misticoide y reaccionaria con efectos ideológicos de largo alcance.